La solvencia de los pagarés emitidos por la compañía depende de si tienen garantías reales. Quienes optaron por participaciones no pueden reclamar.
Los inversores que confiaron sus ahorros a Nueva Rumasa podrían ser los últimos en recuperar su patrimonio si, finalmente, las empresas de la familia Ruiz-Mateos presentan el concurso de acreedores.
Anteayer, Dhul, Clesa, Carcesa, Hibramer, Garvey, Hotasa,
Trapa, Quesería Menorquina, Elgorriaga y Rayo Vallecano optaron por acogerse al artículo 5.3 de la Ley Concursal, es decir, el preconcurso que otorga un plazo de hasta cuatro meses para negociar la refinanciación con los acreedores y blinda a la sociedad de reclamaciones anticipadas de deuda. Sólo con la banca, Nueva Rumasa afronta una deuda de 700 millones.
El proceso no paraliza procedimientos anteriores, como embargos preventivos o ejecuciones hipotecarias. Sin embargo, lo lógico es que Nueva Rumasa firme un acuerdo de stand-still (espera) que, en la práctica, detenga estos movimientos para poder negociar con tranquilidad y presentar un convenio anticipado de acreedores, según explican los juristas consultados.
Dos vías
En esta situación, los inversores...
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