Para no contratar productos peligrosos para la economía familiar, conviene leer con atención y entender todas las claúsulas y desconfiar de rentabilidades excesivas.
Las malas prácticas de las entidades bancarias han florecido en las últimas fechas, con la aparición de productos muy complejos que requieren de ciertos condicionantes para su desarrollo y, además, precisan un mayor grado de conocimiento por parte de los clientes bancarios. En el artículo que sigue, se detalla que, para evitar situaciones indeseadas, conviene leer con atención y entender todas las claúsulas de los contratos, desconfiar de los productos con rentabilidades excesivas o buscar antes asesoramiento profesional.
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