Los bancos están evitando vender los activos a pérdidas y esperan en cambio a que las condiciones de mercado mejoren significativamente” para incrementar su ritmo de ventas, avanzaba en mayo un informe de la agencia de calificación de riesgo Moody´s sobre la gestión de la banca española de los 83.000 millones de euros en ladrillo que aún pesan en sus balances.
Un axioma que ha quedado demostrado a tenor de las cifras ofrecidas por las distintas entidades durante la última ronda de presentaciones de resultados. La promesa de una revalorización de los activos en el medio plazo, cimentada en los menores descuentos que ya aplica la banca al vender sus inmuebles adjudicados, ha llevado a la mayoría de grandes entidades a reducir su velocidad comercial en pos de la obtención de mayores rentabilidades en el futuro.
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