Las emociones del trading son tan fuertes que a menudo los traders se sienten como si estuvieran colocados. Una operación es para ellos como una entrada para el cine o para un partido de fútbol. Pero el trading es una distracción mucho más cara que el cine.
Nadie puede estar colocado y hacer dinero al mismo tiempo. El trading emocional es enemigo del trading exitoso. La avaricia y el miedo llevan a un trader a la ruina. Debe usted usar el intelecto en vez de operar con el instinto como guía.
Un trader que se marea con los beneficios es como un abogado que empieza a contar el dinero en medio de un juicio. Un trader que se cabrea con las pérdidas es como un cirujano que se desmayara al ver sangre. Un profesional de verdad no se excita demasiado con las ganancias o las pérdidas.
El objetivo en cualquier campo de actividad profesional es alcanzar la autorrealización personal: llegar a ser el mejor médico, el mejor abogado, o el mejor trader. Entonces, el dinero fluye hacia ellos casi sin que se den cuenta. Usted ha de concentrase en operar bien, y no en el dinero. Cada transacción ha de manejarse como una operación quirúrjica: seriamente, con sobriedad, sin chapuzas o atajos.
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"No arriesgue todo el fajo" es la primera regla del trading. Los perdedores la violan cuando apuestan demasiado en una sola operación. Éstos continuan apostando lo mismo e incluso más durante una mala racha. La mayoría de traders se queman tratando de operar para salir de un bache. Una buena gestión del dinero, ante todo, le evitará que caiga en el bache.
Cuanto más profundamente caiga, más resbaladizo será el agujero. Si pierde un 10 por ciento, ha de ganar un 11 por ciento para recuperarse, pero si pierde un 20 por ciento ha de ganar un 25 por ciento para quedar empatado. Si pierde un 40 por ciento, entonces ha de ganar un desmesurado 67 por ciento y si pierde un 50 por ciento necesita ganar un 100 por ciento simplemente para recuperarse. Mientras que las pérdidas crecen aritméticamente, las ganacias necesarias para la recuperación se incrementan geométricamente.
Debería usted saber por anticipado cuánto puede permitirse perder, es decir, saber cuándo y a qué nivel cortará las pérdidas. Los professionales huyen tan pronto como huelen los problemas y vuelven a entrar cuando lo consideran conveniente. Los aficionados se aferran a la esperanza.
Vivir del trading. Alexander Elder.