Algunos bancos han vendido pagarés o deuda subordinada como si se tratara de depósitos a plazo y tienen un riesgo muy elevado
Leer bien los contratos y conocer el funcionamiento de los productos financieros que se contratan en un banco son dos de los consejos que deben guiar a todo ahorrador antes de invertir su dinero. En los últimos años, sin embargo, numerosos ciudadanos no han tenido en cuenta estas pautas y se han dejado llevar por la confianza e incluso amistad que les transmite su asesor o banquero particular. Esto ha desembocado, en algunos casos, en la contratación de un producto que no se adecuaba para nada al perfil del riesgo del ahorrador. El mal asesoramiento se ha demostrado, sobre todo, ya que muchos instrumentos financieros se han vendido (y se comercializan aún) como depósitos a plazo, el producto seguro por excelencia, cuando en realidad no lo son. El problema salpica a vehículos como deuda subordinada, bonos o pagarés. En muchas sucursales se venden como depósitos, cuando poco tienen que ver con ellos. Conocer sus diferencias es vital para no llevarse desagradables sorpresas en el futuro.
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