Lo último en fraude: conseguir la devolución del IVA de un edificio sin haberlo comprado. Es el negocio de los que han sacado tajada de la crisis.
Como las cucarachas que sobreviven a una bomba nuclear, una serie de empresarios han sabido reponerse a la crisis del ladrillo para, perdida la inversión inicial, sacarle al menos unos miles de euros, millones en ocasiones, a la Hacienda pública.Es un delito directamente ligado a los años de la crisis, una de las últimas mutaciones del fraude del IVA, pero en versión inmobiliaria y con ingentes beneficios para sus perpetradores, habitualmente los mismos nombres -empresarios españoles- repitiéndose una y otra vez en las investigaciones abiertas por la Fiscalía de Delitos Económicos de Madrid, donde esta dinámica delictiva comenzó a atacarse procesalmente como estafa a partir del pasado febrero.
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