La aplicación de esta tecnología podría reducir un 15% las emisiones de CO2 previstas para el año 2020 en el mundo, además de suponer un ahorro de costes de unos 600.000 millones de euros en ese año.
La crisis económica y financiera que desde 2008 está afectando a todo el mundo, con especial incidencia en Europa, ha llevado a las entidades gubernamentales a buscar nuevas estrategias y fórmulas que estimulen el crecimiento ordenado y responsable, permitiendo incrementar la competitividad empresarial apoyándose en una gestión eficaz y sostenible de los recursos.
Europa ha comenzado a liderar este cambio de modelo económico y social, en el cual las TIC van a jugar un papel destacado. Un uso más racional de las TIC es esencial para la protección del medio ambiente y para afrontar los retos derivados del cambio climático, ya que estas tecnologías juegan un papel esencial en la mejora de la eficiencia energética, en la gestión de los recursos naturales y en la protección de la biodiversidad de forma directa o a través de su influencia en otros sectores de actividad.
leer en
Ambientum.com