Los bancos han dado mucho que hablar desde el comienzo de la crisis creada en gran parte por ellos. Bancos y cajas se han revelado como una de las instituciones que menos simpatía generan entre la gente. Por primera vez, además, han sido visibilizados como responsables también políticos. Pero hemos tenido que sentir el dolor en nuestras carnes para reaccionar de manera mayoritaria. Las numerosas estafas y casos de corrupción nos hacen desconfiar tanto de un Banco como de un político. Empezando por las participaciones preferentes, hasta llegar a las abusivas cláusulas de los créditos hipotecarios, pasando por los multimillonarios sueldos de sus jefes, por el falseamiento contable para mostrar que había beneficios donde sólo se podían ver negros agujeros. Sin olvidarnos de cómo los Bancos nos han llevado de la mano, a través de agresivas promociones, falsas promesas y atractiva publicidad al camino del consumismo más exacerbado. Bien es cierto que no podemos olvidar la responsabilidad individual de cada uno que se ha dejado engañar.
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Diario de un altermundista