La entidad obtuvo un beneficio neto de 1.190 millones de euros en el último trimestre de 2011, lo que supone un incremento del 800% interanual frente a los 130 millones que ganó en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, se ha quedado por debajo de las previsiones de los analistas consultados por Bloomberg, que de media esperaban unas ganancias de 1.890 millones de euros.
Según explica en su comunicado, los resultados del cuarto trimestre se vieron afectados por "pérdidas relacionadas con la reducción de riesgos en la cartera de inversiones, así como por la degradación de los bonos públicos griegos, entre otros".
ING asegura que el impacto de la crisis de deuda europea está empeorando y ha advertido de que una quiebra desordenada de Grecia tendría serias consecuencias, pese a las mayores provisiones que ha realizado por su exposición a la deuda helena. En conjunto, entre octubre y diciembre las dotaciones se elevaron el 21%, hasta 530 millones de euros, desde los 437 millones del trimestre anterior.
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El Economista